10.6.08

ILUSIÓN EFÍMERA. Mercedes Pérez




He desterrado tu existencia
agotando ya la sedición que en mi ser
tu mirada sobria alborotaba,
y la mesura de tu sonrisa
que a mi risa precipitaba.
Solo me amedrenta la marca,
que con hierro candente,
mi corazón quemaste.
Ya sobre mi pasión rodó, mortal,
una avalancha densa de nieve
y dejó de torturarme el etéreo
aguijón de tu memoria.
Te inmoló la necia ilusión
y mi credo en ti perdió firmeza,
aunque, involuntariamente, te nombre
en algún sueño ambiguo.
Mis pupilas perdieron el luto por tu ausencia
y en mis labios perecieron los deseos.
Languideciste igual que el rosal
ante la mordedura cruel del verano.
Más la marca de candentes hierros encendidos
que con fino buril consolidaste
dejó al desamparo una frágil herida
que a veces se abre, supura y me duele.

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