Sucede, que en estelas de silencios,
cuando los ojos se derrumban extenuados,
se beben sin remedio sombras y naufragios.
Sucede,
que en noches de escombros y semillas vaciadas,
la vida nos sorprende en desacato,
el alma queda atónita y se queja con total resolución.
Sucede,
que hay tormentas con desahucios y condenas
y es que, en el verbo conjugado a cuatro manos
hay edictos y sentencias promulgando su osadía.
Sucede,
que la carne se desangra y queda herida
con cada beso deseado no nacido.
Sucede,
que la entraña se entumece y hace escombros
a fuerza de caricias dimitidas.
Sucede,
que ante tanto desaliento, la voluntad se contiene
y se resigna.
y es que, en el verbo conjugado a cuatro manos
hay edictos y sentencias promulgando su osadía.
Sucede,
que la carne se desangra y queda herida
con cada beso deseado no nacido.
Sucede,
que la entraña se entumece y hace escombros
a fuerza de caricias dimitidas.
Sucede,
que ante tanto desaliento, la voluntad se contiene
y se resigna.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu visita y tus comentarios.