3.1.10

ROSA ROTA. Mercedes Pérez


Que tus manos cautericen la excoriación de la memoria
adherida a los pliegues de la carne.

Alíviame con tus besos
inyectando dosis de olvido,
ahuyentando tempestades y tormentas
para que no empañen mis anhelos.

Humedéceme con lluvia crepuscular
despertando mis pétalos somnolientos,
despójame con palabras silentes
hoja por hoja, hasta el escalofrío.

Enmudece los ruidos,
que no violen el reposo de mi piel
suspendido en las aguas de un estanque,
que solo agite el sosiego, el sutil roce de tus labios.

Envuélveme con arpegios de violines
en una interminable danza
aletargando con armonía cadenciosa
los miedos que vas arrebatando.

Funde con tus dedos el tormento y la negrura
guarecidas en rincones secretos,
tráeme el sosiego de mi verbo y mírame como una desnuda playa
donde se acuesten tus caracolas.

Aproxima con cautela tu voz, tu sabiduría, tu gracia ...
y cuídame lentamente
como una rosa rota que al fin renace
protegida por el velo amoroso de tu sombra.

3 comentarios:

  1. Que belleza de versos.. me has entregados suspiros que con ellos termine leyendo tu poema..
    Excelente.


    Un abrazo
    Saludos fraternos...

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  2. Elegante, bello y sensual; una preciosidad.

    Mi aplauso admirado.

    Besos.

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  3. Anónimo16:40

    Brota la dulzura en sus letras... y el verso es correspondido.

    Un gran abrazo para las dos.

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