El faro allí solitario,
pareciera dar vida al espíritu,
-halito de desahogos-
donde reposa la mirada ensimismada
de trajines abismales.
Al mirarlo,
somos dos,
y el desamparo emigra
hacia tierras deshabitadas.
Su luz y el alma,
se custodian cual amantes.
Náufragos en solitario
caminan bajo las estrellas,
y ya la soledad se despuebla.
El faro hace guiños en comunión con el alma,
compañía estática y soberbia,
compañero de soledaded,
orfandad y desabrigo.
31.7.09
EL FARO. Voz: Isabel Sánchez
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
La soledad: eterna aliada de la vida.
ResponderEliminarBien por estos sentidos versos.
Un fuerte abrazo.