Temblor inaugural en la sangre,
trenzando miradas,
tacto y beso.
Luz impregnada en mieles de deseo.
Hormigueo irrefrenable estrujando las entrañas.
Culto de DIOS, bañando espumas:
sabor,
olor,
color,
ansia,
fruición,
fricción,
delicia
sudor,
lágrimas.
Girándula de
vida que conduce muertes gloriosas,
en sutil baile alma-cuerpo.
Vaivén fragmentando el tiempo;
escaladas,
impulsos,
ferocidad,
dulzura,
desvarío,
pulso,
grito,
celo,
silencio....
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