He convocado un recuerdo,
yace como un silencio opaco
que segrega desazón.
Mi piel es quien guarda memoria,
quien supura deseos mutilados,
quien tiembla en el recuerdo,
quien segrega
despojos de caricias
que expelen sabor a deserción.
Son mis poros que reclaman
el tacto postergado de una usencia,
quien persiste y se empecina en pedir absolución.
El otoño apacigua desmanes.
La lluvia ha claudicado
mutando en su letargo .
Hoy he convocado un recuerdo,
sedicioso,
que ha concluido su último tacto.
Un dolor, un amor que no se irá, ni con el rezo más profundo. Por otro lado, te hace vivir...
ResponderEliminarDelicioso. Ésa es la palabra. Gracias por compartirnos este poema.
Si es necesario invocar recuerdos para alumbrar un maravilloso poema como éste: bendita invocación.
ResponderEliminarMe ha encantado.
Besos.
Como siempre,l belleza aquí
ResponderEliminarreina e impresiona
Felicidades, hermosa!
besos