(La mente detiene el paso)
Siempre estas,
hasta en la ausencia.
En la huida estas presente,
y te acercas de puntillas
sin saberlo.
Estás como mariposa a ras de suelo.
Boca cadenciosa de níqueles atravesado,
quedo,
vulnerable,
distante,
silente.
De mares fragantes y de sueños incendiado,
deliciosamente loco,
con reflejos de sal en la mirada.
Con roce de tus dedos en mi espalda,
haces presencia sosegada.
Me ofreces tu sonrisa atormentada,
y van mis brazos al encuentro
con gesto acelerado.
Recuesto tu cabeza en mi regazo,
y canto himnos de sueños con mi mano.
Realidad de codicia fragmentada
en espejismos donde tu estas,
y yo,
calmo tu llanto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu visita y tus comentarios.